viernes, 21 de marzo de 2008

PREGUNTAS

Ayer conocí a Sabina, LA MUJER del sombrero de bola, el apellido del cantante favorito. Su casa es arte; su vida, una expresión artística. Su mundo cambia al mundo, revuelve mí mundo. Su felicidad es exagerada; bueno la felicidad nunca es exagerada; irradia belleza, juventud, energía, transparencia, ganas, impulso. Es una mujer atemporal, eterna.
Reflexiono sobre mi vida, lo que soy y lo que quiero ser. El ser y el hacer. El ser que busca el hacer. El rumbo que toma mi vida. Estoy en constante búsqueda del camino, ¿quién soy?, ¿qué quiero de mi?, ¿qué hago para conseguirlo?. Soy dos mujeres, una quiere ser esclava de las cosas que pueden ser planeadas y cumplidas, familia mía, amor, estabilidad, plenitud; la otra quiere arte, música, letras, teatro, pasión, locura, todas las aventuras que la vida puede dar. Ama de casa y cortesana, ambas viviendo en el mismo cuerpo. El encuentro de una mujer consigo misma es un juego con riesgos serios. Una danza divina. Cuando nos encontramos, somos dos energías, dos universos que chocan. Si el encuentro no tiene reverencia necesaria, un universo destruye al otro.
¿Qué es lo que finalmente importa?, ¿seré una persona convencional con anhelos de grandeza?, ¿querré lo “típico”?, ¿se podrá tener todo?, ¿será tan importante saber exactamente hacia donde voy o es suficiente saber lo esencial?. Tengo tantas preguntas. Pero se que quiero eternidad.
Reflexiono sobre las horas pasadas en la banca de una iglesia cercana. Me sentí inconsolable, confundida. Lloré hasta el cansancio. Escribir nos salva de la locura y dios de nosotros mismos. Necesito a Dios. Quiero la salvación eterna.
Una nueva ilusión ilumina mi camino. Se que es verdadero.